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En los Estados Unidos desde muy temprano edad puedes optar por una licencia de conducir, desde los 16 años, tienes permitido manejar, en cualquier otro país de Latinoamérica tienes que tener mínimo 18 años, esto lo que nos deja, es la sensación de saber que los jóvenes son un más maduros y responsables en el tema de la conducción de automóviles, pero cuando tienes 16 años, aun eres un niño, darle un carro a un niño es como comprarle un juguete nuevo y creo que el caso de esta chica es justamente eso, una niña con juguete nuevo.
Tara Monroe es una chica que reside en la ciudad de San Marcos, Texas, va a la universidad y estudia Ingeniería Industrial, como es de costumbre, los estadounidenses mandan a sus hijos a la universidad con la intención que sean profesionales emprendedores y el orgullo de la familia, de hecho, es un gran logro para una familia, reunir toda la vida para que sus hijos puedan tener una buena educación, la mayoría de estos jóvenes no aprecian este esfuerzo y solo están de fiesta en fiesta, bebiendo mucho alcohol.
El caso de Tara, no es ajeno a los innumerables casos de estos adolescentes descontrolados, fue detenida por la policía por conducir ebria, así que le fue suspendida su licencia de conducir, la chica, se rehusó en la estación de policía a realizarse una prueba de alcohol para saber cuánto grado tenía en la sangre, así que, cuando llegó su padre, le quitó el vehículo como forma de castigo por el acto de irresponsabilidad que había cometido la noche anterior, luego de esto, la envió de vuelta a la universidad.
Luego de esto Tara decidió comprarse un carro muy peculiar, ya que su padre le había decomisado el suyo, compro un Jeep de la Barbie, y ahora se traslada en el hasta la universidad y de vuelta a casa.
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