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BOGOTÁ.
Los crímenes contra activistas de los derechos humanos son una
estadística en Colombia donde las agresiones en su contra no cesan, y 34
de ellos fueron asesinados en el primer semestre de este año, según un
informe del programa no gubernamental Somos Defensores.
De acuerdo con el Programa Somos Defensores, los activistas asesinados no significan nada “tanto para el Gobierno de Colombia, como para las autoridades judiciales de la Nación y para un país indolente que no se inmuta ante el perverso sacrificio diario de estos hombres y mujeres”.
Las cifras son elocuentes, los 34 activistas asesinados entre enero y junio de este año (30 hombres y cuatro mujeres), representan un aumento del 15 por ciento en comparación con los 30 del primer semestre de 2014.
De estas víctimas, nueve eran líderes indígenas, cinco de la comunidad de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI) y cuatro de asociaciones comunitarias.
También hay tres campesinos, dos periodistas que fueron asesinados en los departamentos del Caquetá (sur) y Valle del Cauca (suroeste), así como líderes mineros, estudiantiles y sindicales, entre otros.
La mayoría de estos asesinatos fueron cometidos en las regiones, donde es más patente la violencia contra los defensores de los derechos humanos, y donde el Gobierno busca la paz. EFE
De acuerdo con el Programa Somos Defensores, los activistas asesinados no significan nada “tanto para el Gobierno de Colombia, como para las autoridades judiciales de la Nación y para un país indolente que no se inmuta ante el perverso sacrificio diario de estos hombres y mujeres”.
Las cifras son elocuentes, los 34 activistas asesinados entre enero y junio de este año (30 hombres y cuatro mujeres), representan un aumento del 15 por ciento en comparación con los 30 del primer semestre de 2014.
De estas víctimas, nueve eran líderes indígenas, cinco de la comunidad de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI) y cuatro de asociaciones comunitarias.
También hay tres campesinos, dos periodistas que fueron asesinados en los departamentos del Caquetá (sur) y Valle del Cauca (suroeste), así como líderes mineros, estudiantiles y sindicales, entre otros.
La mayoría de estos asesinatos fueron cometidos en las regiones, donde es más patente la violencia contra los defensores de los derechos humanos, y donde el Gobierno busca la paz. EFE
Los
34 activistas asesinados entre enero y junio de este año en Colombia,
30 hombres y cuatro mujeres, representan un aumento del 15 por ciento en
comparación con los 30 del primer semestre de 2014.
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